LAS MASACRES

Pero entonces la sangre fue escondida
detrás de las raíces, fue lavada
y negada
(fue tan lejos), la lluvia del Sur la borró
        de la tierra
(tan lejos fue), el salitre la devoró en la
        pampa:
y la muerte del pueblo fue como siempre
        ha sido:
como si no muriera nadie, nada,
como si fueran piedras las que caen
sobre la tierra, o agua sobre el agua.

        De Norte a Sur, adonde trituraron
        o quemaron los muertos,
        fueron en las tinieblas sepultados,
        o en la noche quemados en silencio,
        acumulados en un pique
        o escupidos al mar sus huesos:
        nadie sabe dónde están ahora,
        no tienen tumba, están dispersos
        en las raíces de la patria
        sus martirizados dedos:
        sus fusilados corazones:
        la sonrisa de los chilenos:
        los valerosos de la pampa:
        los capitanes del silencio.

        Nadie sabe dónde enterraron
        los asesinos estos cuerpos,
        pero ellos saldrán de la tierra
        a cobrar la sangre caída
        en la resurrección del pueblo.

        En medio de la Plaza fue este crimen.

        No escondió el matorral la sangre
                  pura
        del pueblo, ni la tragó la arena de la
              pampa.

        Nadie escondió este crimen.

        Este crimen fue en medio de la Patria.

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