Reinaldo Villegas Astudillo

Mariano y Pablo: Entre Venezuela y Chile

 

Mariano Picón Salas, de quien en el transcurso del presente año, se está recordando el centenario del natalicio, ocurrido en Mérida el 26 de enero de 1901 se constituye en otra figura, que desde los albores de la independencia de las dos repúblicas han sustentado esa relación venezolana-chilena, que se ha mantenido y proyectado por espacio de doscientos años. Entre variados protagonistas de tal vinculación, cabe destacar a Andrés Bello, López Méndez y Simón Rodríguez en el siglo XIX. Félix Armando Núñez ,docente y escritor junto al propio Picón Salas, en las primeras décadas del siglo XX; alejándose de la barbarie gomecista, para proseguir al comenzar la segunda mitad de la centuria, entre otros, con Rafael Pizani, Héctor Mujica y José Vicente Rangel, quienes se oponían a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Por estos años, de igual modo aparece César del Avila, intérprete de la música nacional, quien se adscribió a la Dirección de Cultura de la Universidad de Concepción y durante algunos años ofreció recitales con la guitarra y el cuatro por los lugares más recónditos de la región del Bío-Bío, llegando incluso un domingo de primavera, a la localidad de Hualqui, nuestro lar nativo, enclavado a escasa distancia de la ribera sur de ese gran río que marcó la frontera en tiempos pretéritos, entre el invasor español y el aguerrido pueblo mapuche.

Y en estos últimos años, han sido muchos los venezolanos que se integraron a familias chilenas, las cuales decidieron retornar al término de la oprobiosa dictadura de Augusto Pinochet y se han esparcido a lo largo de esa larga faja terrígena, que pareciera caerse en el mar.

De igual forma, la relación en el otro sentido, comienza con el canónigo José Cortés de Madariaga -primo hermano de José Miguel Carrera, héroe de la historia independentista de Chile- quien por instrucciones del Precursor de América, don Francisco de Miranda, al que había conocido en Europa y por el cual toda su vida sintió una gran admiración, decide permanecer en Caracas, primero infiltrado entre las autoridades españolas para luego irrumpir el 19 de abril de 1810,instando al pueblo venezolano a rechazar la autoridad del gobernante peninsular.

Sin embargo, es en el siglo XX, cuando arrecia la presencia de chilenos al país venezolano. Justamente, Mariano Picón Salas, en el año 1936,de retorno en Venezuela, promueve el traslado de la llamada "misión chilena",integrada por calificados docentes para incorporarlos al Instituto Pedagógico, recientemente creado en Caracas por el presidente Eleazar López Contreras, finalizada la dilatada dictadura de Juan Vicente Gómez. Posteriormente, se mantendrá esta vinculación sobre todo en el plano educativo, intensificándose una vez más en los inicios del gobierno de Rómulo Betancourt .Y será a partir del 11 de septiembre de 1973,cuando una avalancha de chilenos, muchos perseguidos por la dictadura de Pinochet y otros por asedios económicos, buscarán la acogida venezolana, la cual se otorga con mano pródiga y solidaria, constituyéndose sin lugar a dudas, en una de las más solidarias del mundo entero por donde se extendió la diáspora chilena.

Por los motivos anteriormente expuestos y muchos otros más, los intelectuales y universitarios del Aquí y del Allá, nos sentimos complacidos con la celebración de los cien años del surgimiento de este brillante hombre del intelecto venezolano -para nosotros- el más excelso ensayista del siglo XX, nacido en Venezuela.

Mariano Picón Salas no fue un luchador político que enfrentara abiertamente a la tenebrosa dictadura de Juan Vicente Gómez. Mas bien, fue un intelectual y como tal sintió una aversión natural por un tirano, de escasas letras, que limitaba y avasallaba las libertades fundamentales de sus connacionales. Como lo expone el filósofo peruano Francisco Miró Quesada:"La profesión de intelectual es incompatible con todo tipo de arbitrariedad. La actitud arbitraria, la prepotencia, es la actitud irracional por excelencia. Y el intelectual, si quiere estar de acuerdo consigo mismo, no puede someterse a ella".De esta suerte, Mariano Picón Salas actúa con la naturaleza del "ser humanista" por excelencia, que aunque no teniendo militancia política por su conformación tan peculiar, sencillamente no acepta el pisoteo de la barbarie sobre la cultura.

Así se explica, que el escritor venezolano abandone su país en el año 1923,por Panamá rumbo a Chile. En una nave que surca las azules aguas del océano Pacífico, se desplaza por varias semanas hasta arribar al puerto de Valparaíso, otrora centro marítimo vital de las embarcaciones que iban y venían de diversas latitudes. Ese mismo Valparaíso que en el siglo XIX, recibiera al excelso Andrés Bello, procedente de Londres; al Simón Rodríguez genial, viajando desde Lima y a unas de las voces más resonantes de la poesía de América, Rubén Darío, proveniente de Managua .

Las primeras actividades del creador merideño en la ciudad-capital de Santiago se limitan a desempeñar quehaceres y oficios variados, hasta que se integra a estudiar en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile la especialidad de Letras y Humanidades. Es una época de bullente accionar, sobre todo en el plano social y político, cuando se están conformando las agrupaciones políticas que representarán a la clase media y sectores populares de la nación chilena, que en un futuro cercano le disputarán el poder político a la derecha aristocrática y económica, que por más de cien años ha gobernado al país austral.

Es en estos primeros años de permanencia en la capital de Chile, cuando el ensayista venezolano se vincula con un joven poeta, llegado no hace mucho de la sureña y naciente ciudad de Temuco, vestido con una capa negra y un sombrero muy particular de idéntico color, que deambula por la bohemia santiaguina, soñando siempre soñando, escoltado por otros creadores poéticos y seguido de innumerables admiradores, especialmente del sexo femenino. Se trata de Pablo Neruda, quien, por esos mismos años, ha publicado "Crepusculario" y la universal composición "Veinte poemas de amor y una canción desesperada".

Picón Salas se integra plenamente a este mundo de intensa actividad política y cultural. El joven intelectual venezolano es recibido con unas extraordinaria solidaridad y curiosidad. De Venezuela, para esa época, sumida en las oscuridades, se ignora su realidad. Se carece de información a todo nivel. Y es, precisamente, la primera tarea que cumple el merideño: Difunde y relata a sus nuevos amigos chilenos sobre el drama del país, bajo la égida de un dictador, de las características de Juan Vicente Gómez, que ejerce el poder con fuerza y coerción ,con universidades cerradas, con jóvenes combatientes presos en mazmorras asquerosas y con una sociedad rural ajena a los aconteceres del mundo exterior. Tal contexto, descrito por Mariano Picón Salas, impresiona de tal manera al joven Neruda, quien posteriormente registrará estas vivencias del pensador venezolano en un poema titulado "Por Venezuela",publicado en la obra "Cantar de Gesta" y que personalmente leyera, en la década de 1960,por la televisión venezolana en un programa, donde fuera presentado por el amigo del alma, el narrador Miguel Otero Silva. Por el interés ,que reviste en estos días en que se están rememorando los cien años del ilustre escritor nacional, don Mariano Picón Salas, estimamos ,que se justifica su transcripción íntegra del citado texto poético:

"A Venezuela amé, pero no estaba./La busqué entre los nombres que vivían:/llamé y llamé, no respondía nadie,/no respondió la patria sumergida /y sin embargo el mapa le otorgó/ las esmeraldas de la geografía,/ las montañas con pájaros de nieve,/un fuego azul custodiaba sus islas,/el petróleo quemaba sus caderas/ y bordaba con oro su camisa,/el Orinoco era una carta eterna/ escrita con caimanes y noticias,/en fin, en fin, sonaba Venezuela/ como una capital ferretería/ con diamantes, cascadas y tapires/ y respiraba con Simón Bolívar/(mientras llegaba a Chile un caballero/ a enloquecernos con su ortografía)/.Y bien anduve, por el mundo,/toqué puertas amigas y enemigas/ y todos los países en su sitio/ se colocaron para mi visita/ como los vi en el mapa cuando niño:/el Asia verde, Inglaterra carnívora,/España inaugurando sus sepulcros,/Francia fragante y apenas vestida,/Suiza como un reloj entre los locos,/Alemania ensayando artillería,/Rusia cambió de nombre y apellido,/en Roma Dios alojaba y sufría,/mientras tanto buscando a Venezuela/ sin encontrarla me pasé los días/ hasta que Picón Salas de Caracas/ llegó a explicarme lo que sucedía".

Por otra parte, Mariano Picón Salas en un artículo titulado "Pablo Neruda en 1935",ya de regreso el vate chileno de su experiencia asiática, con su "Residencia en la tierra" bajo el brazo, elogia su valor artístico y expresa en lo más esencial lo siguiente:"Neruda representa una cosa muy poco frecuente entre los poetas de nuestra raza: el sentimiento lírico en el sentido de la definición de Nietzche".Agrega:"Neruda nos conduce al encantamiento y a la embriaguez dionisíaca, a ese mundo que ya no piensa ni limita porque se sumerge en el torrente de la vida creadora. Neruda es el canto puro".

De esta forma, se establece entre ambos creadores de la palabra una relación íntima, en hora aciaga para Picón Salas, la cual experimentará Neruda una década después cuando se le persigue y se ve impelido a escapar al exilio europeo y fallecer, unos cuarenta años más tarde, el 23 de septiembre de 1973,en los inicios de una oprobiosa dictadura, graficándose con ello, que lamentablemente el destino de América se alterna entre oscuridades y claridades, donde uno de los más afectados es el hombre que piensa, que crea y que sueña, porque como lo reafirma Miró Quesada:"Hay ciertos campos en que es imposible dedicarse a la vida intelectual sin producir profundos impactos en la vida colectiva. Hay ciertos aspectos de la filosofía y de la ciencia que constantemente chocan con los intereses de los grupos dominantes. Y es imposible dedicarse a ellos sin despertar las más enconadas resistencias. El intelectual que no tiene la energía suficiente de defender sus puntos de vista contra las presiones de los grupos de interés, es rápidamente silenciado".

Cualesquiera que hayan sido los caminos ideológicos adoptados por estos escritores en épocas posteriores, dionisiaco Neruda y apolíneo Picón Salas, es indudable, que el amor profesado por sus patrias terrígenas latinoamericanas, los constituyen en figuras eminentes del pensamiento auténticamente latinoamericano, proyectado por chilenos y venezolanos a lo largo de dos siglos y que tienden a afianzar los valores continentales nuestros; únicos capaces de preservarnos como entes libres y soberanos hacia la posteridad, bebiendo las nuevas generaciones en sus obras creativas un ideario raigalmente original y definido.

 

Publicado en:Diario "El Carabobeño".Valencia el 11-04-01
Semanario "Tiempo Universitario" de la U. Carabobo 16-04-01.

 

Reinaldo Villegas Astudillo. Escritor chileno, Profesor de Castellano. U. de Chile, Especialista en Planeamiento y Administración de la Educación OEA, Maestría en Andragogía, U.S.R.1981, Magister en Literatura Latinoamericana Contemporánea U.S.B. 1983, ha escrito diversos ensayos acerca de temas históricos y literarios, entre los que cabe mencionar "Simón Rodríguez maestro y pensador de América" Ed. Univ. de Carabobo 1996, que le ha valido un reconocimiento en Venezuela, país en el que se encuentra radicado desde hace mas de veinte años.

 

 
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